IKEA y H&M establecieron una alianza para llevar a cabo un estudio y crear un banco de datos a gran escala con la finalidad de entender los potenciales y los desafíos que conlleva el uso de textiles reciclados desde la perspectiva de la contaminación química. Las compañías afirmaron que los resultados obtenidos se usarán para aumentar los conocimientos sobre el contenido químico de los textiles reciclados e influir en la legislación sobre la economía circular.
Se analizaron residuos de algodón, lana y poliéster procedentes de diferentes regiones del mundo, lo que dio lugar a un total de 70,080 puntos de medición, de los cuales el 2.5% de los puntos mostraron detecciones no deseadas. Las muestras de poliéster presentaron la mayor variedad de sustancias detectadas. Las compañías expresaron a través de un comunicado de prensa que abordar la presencia de sustancias químicas heredadas y peligrosas en los materiales reciclados será clave para hacer realidad la circularidad en la industria textil y de la moda.
IKEA y H&M utilizarán los resultados del estudio para apoyar las políticas públicas que permitan el uso de textiles reciclados que son seguros. Además, los datos obtenidos también se usarán para abogar por el establecimiento de una metodología de evaluación de riesgos para los productos químicos utilizados en la producción textil con el objetivo de garantizar que las marcas puedan valorar las mejores sustancias químicas disponibles, tomando en cuenta la seguridad y la posibilidad de ser recicladas.
“Para conseguir productos preparados para el futuro, hay que evitar las sustancias químicas heredadas desde el principio. Solamente a través de la colaboración de la industria y de una metodología de evaluación de riesgos transparente y armonizada para todas las sustancias químicas y materiales, podremos ser proactivos y garantizar productos seguros y sostenibles para un futuro textil libre de tóxicos“, afirmó Linn Farhadi, director de proyectos de textiles reciclados del Grupo H&M.