Como parte de su estrategia global para impulsar una economía circular (metodología orientada al reciclaje y a la reducción del uso de materias primas), McDonald’s ha unido fuerzas en los Países Bajos con HAVI, socio clave de su cadena de suministro, y Neste, líder mundial en diésel renovable, para convertir en biodiésel el aceite de cocina empleado en la preparación de papas a la francesa, reduciendo en un 90% la emisión de gases de efecto invernadero generados dentro de su logística.

Un plan similar se está implementando en el Reino Unido, convirtiendo el aceite de cocina usado en biodiésel a través de Olleco, un proveedor de combustible renovable. Dicho combustible se utiliza para mover los vehículos que transportan desecho alimenticio generado en los restaurantes, posteriormente ese material será convertido en gas y electricidad, lo cual se destina para cubrir la demanda energética de proveedores de lácteos en el Reino Unido, quienes transportan leche orgánica de vuelta a las instalaciones de McDonald’s usando camiones impulsados por el biocarburante.
Esto es parte del enfoque adoptado por McDonald’s, cuyo objetivo es aumentar el uso de material reciclado en su embalaje, restaurantes e instalaciones, ayudando a cubrir la demanda global de productos reciclados.