La contingencia que vivimos ha cambiado de manera rotunda el comportamiento del consumidor, los nuevos hábitos de consumo han puesto a prueba la capacidad de las empresas de adaptarse a un entorno en constante cambio.

El COVID-19 está marcando un antes y un después en muchos aspectos de nuestras vidas, es el evento definitivo que ha venido a cambiar nuestra manera de trabajar, de convivir, de consumir productos y servicios, de comunicarnos. La pandemia ocasionada por este virus ha expuesto las grandes áreas de oportunidad que tenemos en lo económico, en lo político, en lo social.
Muchas empresas se están enfrentando actualmente a problemas de liquidez, lo que las ha llevado a tomar medidas drásticas, desde recortes de presupuestos publicitarios hasta recortes de personal. Las empresas que cuentan con un e-commerce presentan retrasos en sus entregas y, como todos sabemos, los puntos de venta de muchas empresas están cerrando poco a poco, por citar un caso, JC Penney ha anunciado que cerrará el 30% de sus puntos de venta, esto representa 242 tiendas de las 846 que tiene la cadena actualmente; desde tiendas de ropa y calzado hasta restaurantes y salas de cine han suspendido sus actividades o las han reducido de manera importante.
Las personas hemos adoptado nuevas formas de llevar a cabo nuestra rutina, muchos nos encontramos realizando nuestro trabajo desde casa; quienes tenemos hijos, los apoyamos con sus clases virtuales y, en ocasiones, nos damos cuenta de lo difícil que es para ellos adaptarse a esta nueva dinámica, y no son los únicos. El aspecto psicológico y emocional es una parte muy importante de la que poco se habla, pero es esencial para sobrellevar esta serie de cambios que estamos viviendo.
El panorama es poco optimista, pero es necesario hablar de este si queremos comprender en dónde nos encontramos y las acciones que podemos tomar como personas, consumidores, trabajadores o empresas para adaptarnos de la mejor manera posible. Veamos a continuación cómo es que están actuando consumidores y empresas, así como las tendencias que se están formando en el mercado actualmente.
¿Cómo actúa el consumidor?
Los consumidores están modificando la manera de gastar su dinero, pasando de comprar productos que quieren a comprar productos que necesitan. Hemos buscado la manera de optimizar nuestros gastos, aplazando las compras de aquellos productos que no consideramos necesarios. El consumidor ha migrado una parte de sus compras a los e-commerce, un claro ejemplo de esto es Walmart, que ha aumentado sus ventas online hasta 74%, lo que ha aumentado sus contrataciones y gastos en mantenimiento. Es notable el aumento del consumo en productos para la salud, productos para bebé y productos de limpieza; mientras que los sectores moda, automotriz, y joyería van a la baja.

¿Cómo actúan las empresas?
Las empresas, al darse cuenta de los nuevos hábitos de consumo, están modificando sus cadenas de suministro, su oferta y la manera de comunicarse con el consumidor. Sin embargo, las empresas de servicios se están viendo seriamente afectadas en la actualidad ya que las medidas de distanciamiento social y un consumidor que opta únicamente por lo esencial ha llevado a restaurantes, hoteles y otras empresas de servicios a disminuir considerablemente sus actividades o a cerrar sus puertas, esto lleva a la pérdida de empleos. Cabe mencionar que las empresas de servicios en México recaen sobre las actividades terciarias de acuerdo con el PIB y representan 11,800 MDP de acuerdo con datos del INEGI

Por otro lado, la industria del entretenimiento se ha visto seriamente afectada, los eventos masivos no tienen fecha de regreso, y las grandes producciones de Holywood se encuentran detenidas. Dentro de este rubro, son las plataformas de streaming como Netflix y Amazon Prime las que se han visto beneficiadas.
De acuerdo con la firma de servicios profesionales KPMG, ante contingencias de alta relevancia es de suma importancia que las organizaciones identifiquen los rubros de la empresa que podrían verse más afectados, y a partir de ellos configurar un plan de continuidad del negocio efectivo que ayude a mantener con normalidad tres temas principales:
- Cadena de suministro
- Operación del negocio
- Factores financieros y externos

La primera etapa para hacer frente a los diferentes escenarios que tienen delante las compañías consiste en contar con un plan de continuidad del negocio, que permita comprender los riesgos principales en las operaciones y la cadena de suministro.
La segunda etapa, es esencial determinar si los directivos y su gobierno corporativo podrían tomar las decisiones clave con la rapidez necesaria, planeando escenarios financieros y de negocio que abarquen desde una pronta recuperación, hasta un freno en el crecimiento o una posible recesión global.
En la tercera etapa será necesario dar continuidad a la construcción de una cadena global de suministro ágil y con visibilidad plena de todos sus eslabones.
Es cierto que la mayoría de las empresas en todos los sectores están luchando actualmente por mantener un equilibrio entre operación, rentabilidad, liquidez, empleos y responder a los grupos de interés involucrados, se trata de una tarea titánica donde la resiliencia y la agilidad para tomar decisiones adecuadas son clave para salir adelante en esta nueva realidad.